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Miremos la situación desde otro punto de vista. Es raro y eso no se discute. Pero esta familia estaba buscando desesperadamente una manera de levantar su negocio y se les ocurrió una original idea, que además no le haría daño a nadie. ¿Por qué no hacerlo? Si alguien viaja con poco presupuesto, seguramente no le importará que su cara esté en YouTube mientras tenga dónde dormir. ¿Tú te atreverías?
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Lo interesante es que el ryokan tiene su propia historia. El hijo menor de la familia notó que el negocio necesitaba un estímulo e innovación para traer nuevos clientes al ryokan. Un día, un huésped inglés se quedó allí y transmitió en vivo su estadía. ¡Voilà! En la actualidad, el ryokan es administrado por sus abuelos y da buenos frutos.
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